La cantidad de muertes prematuras en la lucha libre es una de las cosas más difíciles de aceptar para los fanáticos del deporte que aman. Podría decirse que no hubo una pérdida más grande durante la década de 2000 que Eddie Guerrero, quien murió de insuficiencia cardíaca en 2005 mientras era miembro activo de la plantilla de la WWE.
Teniendo en cuenta lo popular que era entre los fanáticos y colegas por igual, la muerte de Guerrero sigue siendo uno de los momentos más trágicos en un deporte que ya estaba lleno de ellos. En declaraciones a “No Contest Wrestling”, Dominik Mysterio señaló que la muerte de Guerrero fue la primera vez que la lucha libre le rompió el corazón.
“Yo era muy joven en ese momento”, comenzó Mysterio. “No recuerdo haber mostrado emociones cuando era niño, a menos que me doliera físicamente… Siempre me mantuve en secreto. Así que recuerdo cuando estábamos viendo en casa cuando Eddie había fallecido, y el paquete de video que pasaron con la canción Three Doors Down, y recuerdo haber llorado cuando era niño al verlo. Recordándolo, y lo que había hecho conmigo, y todo lo que habíamos pasado y ese ángulo, ¿sabes? Así que lo recuerdo como fanático de la lucha libre, porque sabía que no lo volvería a ver”.
La conexión de Mysterio con Guerrero se remonta a mucho antes de que Mysterio subiera al ring. Dominik, de 8 años, fue una figura central en la infame historia de 2005 que involucraba a Guerrero, su padre Rey y la cuestión de la verdadera ascendencia de Dominik. La historia puramente ficticia creó un vínculo único entre los dos, lo que, según Mysterio, hizo que la pérdida fuera aún más personal.
“Ahora puedo apreciar mucho más su trabajo”, añadió Mysterio. “Porque lo estoy viviendo, intentando honrarlo, y simplemente viendo sus combates y viendo lo bueno que era. Me hace apreciar mucho más el tiempo que pude pasar con él”.