La ambición desmedida de Dwayne “The Rock” Johnson: ¿Un héroe o villano de las franquicias?

The Rock

Dwayne “The Rock” Johnson no es solo una estrella de Hollywood o un ícono de la lucha libre; es un estratega que ha sabido mover sus piezas para conquistar posiciones de poder en dos de las industrias de entretenimiento más grandes: el universo cinematográfico de DC (DCU) y la WWE.

Su ascenso no es casualidad, sino el resultado de una ambición calculada que, aunque impresionante, ha generado controversia y resistencia entre los fanáticos. A continuación, desglosemos cómo Johnson ha intentado moldear estas franquicias a su imagen y semejanza, y por qué sus planes no siempre han salido como esperaba.

El arte de tomar el control

Johnson no se conforma con ser una cara en la pantalla; quiere ser el cerebro detrás de las decisiones. En el DCU, su llegada a Warner Bros. no fue solo como actor, sino como un operador político que se abrió camino hasta los altos mandos. Logró obtener control creativo, una hazaña que le permitió influir en la dirección de la franquicia. Su objetivo era claro: posicionarse como el centro del universo DC, enfrentándose nada menos que a Superman, el rostro icónico de la marca, para establecer a su personaje, Black Adam, como el nuevo pilar.

En la WWE, su estrategia fue similar. Aprovechando su cercanía con Ari Emanuel, CEO de Endeavor (la empresa matriz de TKO Group, dueña de WWE), Johnson se aseguró un puesto en la junta directiva de TKO. Este movimiento no solo le dio influencia financiera, sino también un peso significativo en las decisiones creativas, superando incluso el poder que tuvo en el DCEU. Con esta posición, The Rock no solo es una superestrella; es un titiritero que busca manejar los hilos del espectáculo.

El sueño de ser el “tipo rudo”

En ambas franquicias, Johnson ha intentado presentarse como el “hombre rudo” definitivo, enfrentándose a los rostros principales para consolidar su dominio. En el DCU, su plan era convertir el universo en un escenario donde Black Adam reinara, desafiando a Superman para demostrar que él podía ser el nuevo eje narrativo. Sin embargo, este enfoque egocéntrico chocó con la resistencia de los fanáticos y la complejidad de una franquicia que no gira alrededor de un solo personaje.

En la WWE, su objetivo fue similar, pero el contexto era diferente. A principios de 2024, Johnson intentó enfrentarse a Roman Reigns, quien había dominado la empresa como el campeón indiscutible. Un combate entre The Rock y Reigns en WrestleMania 39 habría sido bien recibido, pero 2024 fue el año de Cody Rhodes. Los fanáticos, con su apoyo abrumador, eligieron a Rhodes como el nuevo rostro de la WWE, obligando a Johnson a girar hacia un rol de villano (heel). Cuando Rhodes destronó a Reigns y se convirtió en el campeón, The Rock cambió su enfoque: ahora su rival a vencer era Cody.

El plan maestro: Cody como villano

Johnson no solo quería enfrentarse a Rhodes; quería redefinirlo. Durante meses, quedó claro que The Rock buscaba que Cody diera un giro drástico y se convirtiera en heel, un villano que traicionara los valores que lo hicieron querido por los fans. La visión de Johnson parecía sacada de una serie como The Boys: Cody como un Homelander descontrolado, un campeón que, en su afán de poder, termina destruyendo la empresa que representa. En este escenario, The Rock se posicionaría como el Stan Edgar de la WWE, el salvador que interviene para derrotar al “Codylander” y restaurar el orden, probablemente en un enfrentamiento épico en WrestleMania 42.

Sin embargo, este plan se topó con dos obstáculos insalvables: Triple H, el jefe creativo de WWE, y el propio Cody Rhodes. Triple H, conocido por su visión a largo plazo, no estaba dispuesto a sacrificar la popularidad de Rhodes para complacer los caprichos de Johnson. Por su parte, Cody se mantuvo firme en su rol de héroe (babyface), negándose a ceder ante la presión de The Rock. Este rechazo dejó a Johnson en una posición incómoda, y su ausencia en

WrestleMania 41 es un reflejo de esa frustración

¿Por qué The Rock se quedó fuera de WrestleMania 41?

La sorprendente ausencia de The Rock en WrestleMania 41, a pesar de haber jugado un papel clave en el giro heel de John Cena en Elimination Chamber, no es ninguna casualidad. Johnson había orquestado un ángulo en el que Cody rechazó “vender su alma” al Final Boss, lo que llevó a Cena a traicionar a Rhodes y convertirse en villano por primera vez en 22 años. Sin embargo, el plan original de The Rock no incluía que Cena se convirtiera en el centro de la historia. Según reportes, Johnson decidió dar un paso atrás para dejar el foco en Cena y Rhodes, pero su falta de presencia en el evento más grande del año dejó a los fanáticos confundidos y decepcionados.

Además, hay un factor personal: Johnson ya derrotó a Cena en el pasado (WrestleMania 28 y 29), por lo que volver a enfrentarlo no le ofrecía el mismo atractivo narrativo. Su verdadero objetivo era Cody, y al no lograr que este girara a heel, The Rock perdió interés en el arco actual. Su aparición en The Pat McAfee Show días después de WrestleMania, donde defendió su decisión de no participar y criticó a los detractores, solo avivó las especulaciones de tensiones detrás de escena.

¿Qué sigue para The Rock?

A pesar de los tropiezos, no hay que subestimar a Dwayne Johnson. Su influencia en la junta de TKO y su habilidad para reinventarse aseguran que volverá a intentarlo en la temporada de WrestleMania 42. Los rumores sugieren que podría buscar un enfrentamiento con Roman Reigns, aprovechando la narrativa de rivalidad familiar y el deseo de Reigns de retirarse en los próximos años. Alternativamente, podría retomar su cruzada contra Cody, insistiendo en el giro heel que no logró en 2025.

Lo que está claro es que The Rock no se rinde fácilmente. Su ambición por controlar el rumbo de las franquicias, ya sea en la pantalla grande o en el cuadrilátero, lo convierte en una figura polarizante. Para algunos, es un visionario que eleva el entretenimiento; para otros, un oportunista que antepone su ego a las historias que los fans quieren ver. Mientras tanto, Triple H y Cody Rhodes han demostrado que, aunque Johnson tenga poder, la voz de los fanáticos y la integridad creativa siguen siendo fuerzas imposibles de ignorar.

La pregunta ahora es: ¿qué nuevo truco sacará The Rock de su sombrero para WrestleMania 42? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: el Final Boss no ha terminado de cocinar.