El 10 de febrero de 1989 es la fecha que muchos catalogan que murió el “Kayfabe”, o la cubierta de que lo que sucede en el ring de la lucha libre era una batalla real.
Frente al Senado del estado de Nueva Jersey para apoyar un proyecto de ley para sacar a la lucha libre de las regulaciones que habían sido aplicadas por las Comisiones Atléticas, Vince McMahon, representante de la WWF, afirmó que la lucha libre profesional debe definirse como “una actividad en la que los participantes luchan mano a mano principalmente con el propósito de brindar entretenimiento a los espectadores en lugar de realizar una competencia atlética de buena fe”.
Con esas palabras, se confirmaron las sospechas de muchos: la lucha libre no era de hecho una competencia deportiva legítima. Como resultado, el proyecto de ley que desregula la lucha libre profesional fue aprobado por 37 votos contra 1.
La admisión de McMahon provocó molestia de aquellos dentro de la comunidad de lucha libre. Con la cortina ahora completamente removida, muchos sintieron que la mística del negocio se había ido para siempre. El propio McMahon mostró poco remordimiento por esto y estaba enamorado de su nuevo eslogan favorito para describir a su empresa: “Sports Entertainment”.
Sería la primera batalla ganada por los McMahon contra las comisiones estatales, con batallas más largas, costosas y, en última instancia, dañinas por venir.
Con las regulaciones levantadas, los eventos de lucha libre dejaron de ser regulados por las comisiones estatales y ya no se requería que los luchadores tuvieran autorización para participar o tener una ambulancia por obligación.
Hoy día WWE ha implementado muchas medidas de seguridad internas, mientras que goza el período económico más fructífero en su historia.
Sin embargo, la base de fanáticos continúa en declive lo que nos hac preguntar; ¿Era mejor cuando la cortina estaba cerrada?
