El Wrestling Observer recién reportó más detalles sobre las semanas antes de la muerte de Jon Huber a la edad de 41 años.
Más de una persona cercana a la situación señaló que nadie tomó las pruebas negativas de COVID como algo bueno, porque al menos daría una respuesta mientras sus pulmones continuaban fallando, ya que por un periodo no tenían una explicación real.
El propio Huber estuvo en el podcast de AEW una semana después de su última lucha y dijo que había entrenado en su bicicleta Peloton y se cansó mucho más rápido de lo que esperaba y en realidad tuvo que detener el entrenamiento antes de completarlo. Hizo un comentario en el programa de que tal vez dejó una parte de sí mismo en el ring. Su último entrenamiento de Peloton, que fue de una duración significativa, aparentemente fue el 19 de octubre.
Algunos miembros de la empresa lo sabían durante dos meses lo que estaba pasando, ya que Chris Harrington, un vicepresidente de AEW que conocía a Huber durante dos décadas, pudo llevarlo a la Clínica Mayo para ver a los mejores especialistas. Ahí es donde se dieron cuenta de la gravedad de sus problemas.
Se dijo que la situación había sido muy grave en ese momento. Todas las personas clave de la empresa quedaron devastadas, pero durante dos meses no decían nada mientras la empresa comenzaba a desarrollar un calendario invernal.
Más recientemente, su esposa, Amanda, se dirigió al vestuario de AEW y explicó su situación, pero pidió a todos los talentos que se mantuviera en silencio, lo que se pudo lograr.
